Chesterton es un genio. Precisamente porque no lo parece. A Chesterton se le entiende casi todo. Los que parecen sabios, se envuelven en un lenguaje críptico. Los que son sabios, son sencillos. Chesterton encandila incluso cuando trata de un tema desconocido para el lector. La gente seria se ciñe al tema. La gente sumamente inteligente como Chesterton trata los temas con sentido del humor, por lo que no se ciñe estrictamente a los temas, sino que los sobrevuela. Chesterton es paradógico porque la vida, el mundo son paradógicos.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Nada es igual

Nada es igual a nada. Las catedrales de León y Burgos son góticas, pero muy distintas. No hay dos personas iguales. No hay dos libros iguales -salvo que sean el mismo, claro-. Porque nada es igual. No hay dos paisajes iguales, ni dos canciones iguales, ni dos países iguales, ni dos ciudades iguales. Nada es igual. Si nada es igual, ¿por qué a veces se dice "todo es igual"? O, ¿todos sois iguales? Está claro que aquí se emplea "igual" en un sentido analógico, se es igual en algún aspecto, pero en su conjunto, nada es igual a nada.

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